Vitamina D: 50% de la población posee déficit de esta hormona
Desde siempre se ha considerado a la vitamina D como una vitamina propiamente tal, sin embargo hoy la consideramos como una hormona. Sí, una hormona. Esto se debe a que la vitamina D cumple todos los requisitos que caracterizan a toda hormona: es producida por un órgano (riñones), circula por la sangre y actúa en diversos tejidos donde existen receptores específicos para ella, como aquellos localizados en las células musculares, corazón, endotelio, páncreas, células inmunológicas, neuronas y células que producen hueso (osteoblastos).
La fuente de vitamina tiene dos orígenes: la que comemos (alimentos y suplementos alimenticios) y la que produce nuestro cuerpo.
A partir de la exposición de nuestra piel a la luz solar, específicamente a la acción de los rayos ultravioletas, lleva a que la epidermis produzca su precursor: la vitamina D, el que viaja hasta el hígado donde es transformado a 25(OH)D, y posteriormente en los riñones a 1,25(OH)D, que es la forma activa y la que realmente actúa en todos aquellos tejidos donde existen receptores para esta. Los receptores para esta hormona se localizan en el núcleo de tales células. Y cuando esta hormona se une a esos receptores se activan hasta 200 genes ubicados en el ADN del núcleo celular.
La vitamina D no sólo es necesaria par la absorción del calcio intestinal y mantener así una buena mineralización de los huesos y función de los músculos. La acción de esta hormona va más allá. Ultimamente se ha relacionado el déficit de vitamina D con un mayor riesgo de desarrollar una hipertensión arterial, diabetes mellitus, sindrome metabólico, insuficiencia cardiaca, incluso con ciertos cánceres. De ahí que es necesario mantener buenos niveles de vitamina D en nuestro cuerpo. Lo que no es fácil lograrlo.
En latinoamérica, un 53,4% de la población femenina mayor de 50 años posee un déficit de vitamina D. En medio oriente, debido a la vestimenta que bloquea los rayos solares, este déficit llega a un 82%. Un aspecto preocupante es respecto al uso de bloqueadores solares, los que si bien son muy útiles para reducir el riesgo de cáncer a la piel, sin embargo reducen enormemente la producción de vitamina D. Así, un bloqueador con SPF de 15 es capaz de reducir en un 95% la síntesis de esta vitamina. En los obesos el problema también es preocupante. Diferentes estudios demuestran que entre el 33 al 80% de la población obesa posee una deficiencia de vitamina D. Esto se debe que el tejido adiposo “secuestra” los precursores de la vitamina D, y el hígado de los obesos suele ser un hígado graso que tiene reducida su capacidad de fabricar esta vitamina.
Con la edad tambien disminuye la síntesis de vitamina D , de modo que una persona de 70 años produce 75% menos vitamina D que una de 20 años. La menor producción de las personas de edad se debe a una menor exposición a la luz solar y una menor capacidad del hígado y riñones de sintetizar la forma activa de esta hormona, por el degaste propio de la edad.
Usted tiene un 50% de probabilidad de tener bajos los niveles de esta hormona. Y, ¿Cómo saberlo? Hoy se puede determinar fácilmente sus niveles. Esto se logra mediante un simple examen de sangre. Valores bajo 20 indican una falta de esta hormona.
Quienes deben hacerse este examen: todas las personas con osteoporosis u osteopenia, aquellas que no consumen suficiente pescado, hígado y productos lácteos, las personas vegetarianas y aquellas que no toman sol o lo hacen con bloqueadores solares.